¿Sabías que en la Antigua Roma no había nombres de calles?

La Antigua Roma carecía de un sistema de direcciones moderno, guiándose por puntos de referencia como monumentos y tiendas. La comunidad y los sonidos del entorno eran claves para la navegación. Esto complicaba el control administrativo, mientras que la estructura actual de calles surgió como herramienta estatal para localizar ciudadanos y facilitar la recaudación.