Vamos a explorar la historia de la Feria de Albacete, un evento que no solo es una celebración anual, sino también una pieza clave en el desarrollo de la ciudad. Sin la Feria, es muy probable que Albacete no hubiera alcanzado la importancia y la capitalidad provincial que tiene hoy.
Orígenes Antiguos y Primeras Ubicaciones Los primeros registros de la Feria de Albacete datan de los siglos XV y XVI. En sus inicios, era un mercado que duraba diez días y se celebraba en fechas diferentes: primero el día de San Andrés (30 de noviembre) y luego el día de San Agustín (28 de agosto). ¿Podéis imaginar dónde se ubicaba? Se cree que ocupaba las calles y plazas que hoy conocemos como Plaza Mayor, Zapateros, Albarderos, Boticarios, Carnicerías y la propia calle de la Feria.
Con el tiempo, la celebración en el centro urbano fue perdiendo fuerza, y desde finales del siglo XVI, la Feria empezó a trasladarse al paraje de Los Llanos. Este cambio no fue casual, ya que en Los Llanos había comenzado el culto popular a la patrona de Albacete, la Virgen de Los Llanos. Así, la antigua feria de San Andrés o San Agustín pasó a celebrarse tradicionalmente el 8 de septiembre, coincidiendo con la romería de la Virgen y funcionando como una actividad económica paralela. La afluencia de feriantes y la romería crecieron significativamente en 1672, con la construcción de un convento franciscano junto a la ermita de la Virgen de Los Llanos.
El Conflicto por la Ubicación y el Nacimiento del Recinto Actual Sin embargo, esta ubicación en Los Llanos no resultaba muy beneficiosa para la villa de Albacete. Un momento crucial llegó el 6 de marzo de 1710, cuando el rey Felipe V concedió un privilegio que confirmaba la Feria, recordando su origen en 1375 y equiparando el derecho de Albacete al de Chinchilla. Tras esta confirmación real, el Ayuntamiento de Albacete quiso trasladar la Feria de nuevo al casco urbano. Esto generó un largo y sonado pleito con los frailes franciscanos, quienes no querían perder los beneficios económicos que les proporcionaba el mercado.
Finalmente, en 1783, el Ayuntamiento ganó el litigio. Este fue un punto de inflexión, ya que se construyó el embrión del actual edificio ferial en las eras de Santa Catalina, consolidando de forma definitiva la celebración de la Feria en la ciudad. A partir de este momento, comenzó un notable resurgir económico para Albacete.
El Primer Edificio Ferial (1783) y su Representación de 1866 Para entender cómo era este primer edificio, podemos recurrir a una curiosa vista publicada en 1866 por el periódico local «La Musa». Aunque con algunos errores de perspectiva, nos da una imagen muy completa:
- Se apreciaba una portada principal con un único acceso en una fachada neoclásica, protegida por una alta verja.
- Después, se extendía la avenida de acceso, conocida popularmente como «el rabo de la sartén», flanqueada por pórticos (originalmente de madera, representados con arcos en el grabado).
- Al final, se encontraba la «casa de la villa», que es la actual capilla de la Virgen. Esta casa tenía tres balcones y un arco rebajado que daba acceso a los anillos concéntricos del recinto, los cuales contaban con tres salidas al exterior.
- Los soportales de los anillos se representaban con sucesivas arquerías, y en el exterior, se podía observar el ambiente bullicioso de «La Cuerda», con sus carruajes y animales.
Este grabado de 1866 es una fuente de información valiosa, ya que nos muestra con claridad cómo era el edificio original construido en 1783.


Referencias:
-Historia De Albacete. Del Siglo X Al XX. Aurelio Pretel Marín (Coord.). 2020.
-Albacete. Feria. Exposición III Centenario. 2010.
-La Ciudad de Albacete. Miguel Panadero. 1976.